Debemos entender el CORE como el conjunto de la musculatura profunda, especialmente ubicada en el abdomen, que se encarga de la estabilización de tórax y pelvis durante los movimientos dinámicos. Secundariamente permite generar presiones para la evacuación de fluidos (vómitos, heces,...). Dicha musculatura se alarga más allá del abdomen llegando a la parte media y baja de la espalda, caderas, hombros y cuello.
Es importante entender que el CORE no son los abdominales que te ves en el espejo (recto abdominal) ya que se extiende hacia el interior incluyendo a los oblicuos internos y externos, el transverso abdominal, el psoas, las caderas, glúteos, y la musculatura del suelo pélvico. De todos estos músculos algunos son más superficiales/globales y se implican en el movimiento de la columna, mientras otros son mas profundos/locales funcionando como estabilizadores de la columna.
Visto esto es fácil entender que el trabajo del CORE no es igual al trabajo clásico de abdominales. A grandes rasgos las diferencias son tanto a nivel cuantitativo (no se busca una ejecución rápida con muchas repeticiones sino que buscamos un movimiento lento y controlado) como cualitativo (rangos de movimiento mayores, gran implicación de la respiración, implicación de extremidades,...).
¿Cómo entrenarlo? Actualmente muchos programas de entrenamiento incluyen este trabajo, como por ejemplo Pilates o Les Mills en sus actividades de Body Balance o CX. De todos modos puedes utilizar la gran plataforma YouTube para conseguir algunos buenos ejemplos visuales y comenzar a practicar. En este sentido te recomiendo un par de enlaces:
En todo caso debes saber que para producir movimiento en cualquier parte del cuerpo la fuerza se transfiere a través del CORE de modo que... ¡entrena tu CORE!
No hay comentarios:
Publicar un comentario