miércoles, 9 de enero de 2013

El Zinc: un mineral interesante

Hace año y medio (julio de 2011) publiqué una entrada sobre la capacidad del Zinc para evitar la angustia, la ira, la hostilidad, las depresiones y el bajo rendimiento deportivo en aquellas personas que suplementan su dieta con este mineral. Hoy voy a ir más allá para explicar algunos beneficios fisiológicos de este producto. 

La mala asimilación de líquidos (excesiva sudor u orina, deshidratación,...) suele ser uno de los motivos de carencia de Zinc en nuestro organismo. También el consumo excesivo de café y alcohol afectan negativamente. La carencia supone dificultades en el crecimiento/regeneración celular, en la expulsión de dióxido de carbono del organismo, en el equilibrio inmunitario que facilita la lucha contra agentes bacterianos, y dificulta la destrucción del Cadmio que entra al organismo procedente del humo de los cigarrillos. 

Los síntomas de la carencia de Zinc son las siguientes: en hombres problemas de próstata (mayores 45 años), dificultades para la erección; en mujeres irregularidades menstruales, retraso del crecimiento uterino; y conjuntamente anemia, rampas/calambres musculares, caída del cabello, pérdida parcial o total del sentido del gusto y olfato, anorexia, diarreas, náuseas, vómitos y fiebre. 

Si consideras que puedes estar en situación de carencia de Zinc consulta con tu médico. Seguramente se te recetará suplementación (natural) de Zinc o alimentos ricos en Zinc como podrían ser los siguientes: 
  • Cereales integrales de trigo o germen de trigo, levadura, copos de avena, arroz, pan integral,...
  • Verduras tipo cebolla, ajo, perejil, judías o setas
  • Frutos secos tipo pipas, avellanas, almendras, nueces o cacahuetes
  • La mayoría de las legumbres